Después de ver durante tres días consecutivos Cantando bajo la lluvia, fue cuando me decidí a acudir al zapatero de mi pueblo (Lasarte), llevarle mis zapatos más cómodos y viejos y encargarle que les clavara unas placas de acero en la parte superior de las suelas. Al día siguiente recogía aquellos zapatos con sus puntas de acero y en la soledad de mi cuarto, frente al largo espejo del armario, inicié con cierto nerviosismo y fascinación mis primeros pasos de claqué. Desde entonces Cantando bajo la lluvia me ha acompañado a lo largo de mi vida. Es la película que más veces he visto y con la que más feliz me siento. Es una película lúdica, optimista y vital, que rezuma humor y alegría de vivir por cada uno de sus fotogramas. Hay en ella una armonía y una integración absolutas entre el guion, la historia y los números musicales. (Antonio Mercero, director y guionista de cine y televisión de, entre otras, La cabina, Verano azul o Planta 4ª)