En la Corte imperial vienesa del siglo XVIII, la conmemoración de la pasión de Cristo era un momento clave del calendario celebrativo que, indefectiblemente, debía ser enaltecido con música. Multitud de oratorios fueron escritos con ese motivo por compositores de la Corte, como Caldara, Ziani o Badia. En esta obra, se fusionan elementos nuevos y viejos, se mezclan componentes del petit motet a dúo francés y el duetto da camera italiano, proponiendo, como sugiere Stefano Aresi, una concepción setecentista de la musica reservata.