Espacios improbables, responde a un proyecto que presenta una realidad ficcional, es decir, un espacio real en el que todos los objetos que se encuentran en la sala podrían no serlo. Una realidad en la que los elementos cotidianos que conforman gran parte de la muestra, tales como escaleras y taburetes, tienen como denominador común el hecho de ser simétricos y estar a escala reducida. Esta cualidad permite crear ilusiones perceptibles e invita al espectador a interactuar con la pieza, mediante acciones habituales como subir, bajar o sentarse.